Maradona debe estar con sentimientos encontrados. No es que la contundente victoria por cuatro a uno sobre Corea del Sur le genere esta contradicción, sino las circunstancias que generaron esta goleada de la escuadra albiceleste, y que necesita tener en cuenta para lo que se viene, pues se relaciona con el rendimiento de su equipo.
Primero, Maradona puede estar tranquilo: tiene a un goleador de raza como Gonzalo Higuaín, que ratifica su gran temporada en el Real Madrid español. Demostró que tiene buen sentido de la ubicación para pescar el balón e inflar las redes. Con sus tres goles de hoy, es el máximo anotador (temporalmente) y alcanza lo hecho por sus compatriotas Guillermo Stábile en 1930 y Gabriel Batistuta en 1994 y 1998, quienes se anotaron "hat-trick" en esos mundiales.
Segundo, el técnico de la selección argentina cuenta con recambio. Carlitos Tévez se jugó un gran partido, e hizo sufrir a la zaga surcoreana. Pero cuando el delantero del Manchester City se cansó, fue reemplazado por Sergio Agüero, quien le dio un respiro al equipo, se juntó muy bien con Messi, y causó los mismos efectos que cuando Tévez estuvo en la cancha.
Pero por otro lado (y aquí viene el problema), Argentina, frente a rivales de menos fuste como Corea del Sur, mostró varias falencias en su zona defensiva. El error garrafal de Demichelis antes de la finalización del primer tiempo ocasionó el gol de descuento de los asiáticos. Ese tipo de licencias, ante selecciones de más nivel, le pueden costar más caro a la albiceleste. Si bien Maradona ajustó el lado de Jonás Gutiérrez, colocando como volante por derecha a Maxi Rodríguez, la zaga central deberá estar más atenta.
Pasando a otro tema, las fallas defensivas fueron las que determinaron el trámite del partido. El autogol de Chu Young Park (una jugada desgraciada) desbarató los planes de Corea del Sur. De allí en adelante, Argentina jugó más cómodo y anotó un segundo gol, esta vez de autoría de Higuaín. Pero la falla de Demichelis a poco del final del primer tiempo les dio esperanzas a los surcoreanos, que se fueron al descanso con sólo un gol abajo.
Esto les dio alas a los asiáticos, quienes en el segundo tiempo salieron con el mismo esquema, pero con más llegadas al área argentina. Esos avances dejaron más libre sus zona posterior, pero Argentina no podía aumentar el marcador. Maradona hizo bien el cambio: reemplazó a Tévez por el "Kun", quien refrescó el ataque de los bicampeones del mundo, y colaboró con Messi en la tarea de ablandar la defensa de Corea, que no pudo ante dos embates más del "Pipita".
Argentina está prácticamente clasificada a octavos de final. Pero debe pensar en su futuro, porque tendrá rivales mucho más exigentes en lo que se viene. Lo cierto es que, pese a la lluvia de críticas, Maradona está demostrando que sabe transmitir su idea futbolística. Y parece estar lográndolo.
Grecia resucita y Nigeria agoniza. Las "águilas verdes" derrotaban uno a cero a los helénicos y eran superiores en la cancha. Todo hacía indicar que Nigeria ganaría el partido, pero una reacción infantil de Kaita dejó a los nigerianos con diez. Grecia aprovechó la desventaja numérica de su rival, lo empató antes que finalice la primera mitad, y selló su primera victoria mundialista a los 26 del segundo tiempo.
Con ese resultado, Nigeria queda al borde de la eliminación y deberá derrotar a Corea del Sur, y esperar que Argentina se "pasee" con Grecia; pero ésta selección saldrá dispuesta a conseguir un resultado histórico ante los platenses para cerrar la boca a quienes la consideraban "la cenicienta" del grupo.
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