El martes la Argentina no celebró la victoria contra Grecia, con la que se consolidaba en el primer lugar del grupo. Desde antes del partido, este resultado fue asumido como un mero trámite en el camino que la selección albiceleste se ha trazado, cuyo objetivo final es visto como la obtención de la Copa del Mundo.
Lo que más se festejó fue la segunda anotación. Y sobretodo por el autor del gol: Martín Palermo. El hombre récord de Boca, el máximo goleador de la historia del Club Atlético Boca Juniors. La década que pasó puede dar fe de los títulos nacionales, sudamericanos e internacionales que ayudó a ganar a la institución azul y oro con sus más de 200 goles, que lo hicieron ídolo de una hinchada que al principio lo resistió.
Pero no todo fue color de rosa para el "Loco". Durante su carrera sufrió varias lesiones, que lo alejaron de las canchas durante largos períodos. Su periplo por el fútbol español (Villarreal y Betis) no fue exitoso. No osbtante, Palermo no se rindió, y se siguió esforzando. Cosechó grandes éxitos con Boca, donde tuvo una segunda etapa. Había ganado y logrado todo lo que se propuso.
Sin embargo, tenía una deuda pendiente con la selección argentina. Pese a que en la Copa América del '99 anotó tres goles, se le recuerda más por los tres penales que erró contra Colombia, en un partido para el olvido. Fue duramente criticado. Y por un buen tiempo no fue considerado para vestir la casaquilla albiceleste.
Pese a esos antecedentes negativos con la selección, Maradona lo convocó para las dos fechas finales de la eliminatoria. Argentina podía quedarse fuera del mundial. Empataba a uno de local con Perú. Y en el último minuto, el "loco" anotó el gol de la victoria, clave para esas circunstancias difíciles para el cuadro platense.
Hasta allí, nadie pensaba que Palermo sería considerado para el mundial; sin embargo Maradona lo puso en la lista de los 23, pese a sus 36 años. Eso fue criticado por la afición y el periodismo. Más Maradona no lo llamó por ser un gran jugador: era en reconocimiento a su trayectoria.
Palermo recién pudo estrenarse con la casaca albiceleste en este tercer partido contra Grecia, siete minutos después de que la Argentina se pusiera en ventaja gracias a un gol de Demichelis. Argentina festejaba más el hecho de ganar su grupo con puntaje perfecto, que el de derrotar a los helénicos, quienes le opusieron seria resistencia durante 77 minutos.
Hasta que llegó lo inesperado: Messi intentó llegar al borde del área y remató hacia Tzorvas que bloqueó el tiro; pero su atajada desvió el balón hacia Palermo, quien con su pierna menos hábil (la derecha) colocó el balón al palo izquierdo del guardameta helénico.
Palermo había logrado el sueño de todo futbolista: anotar un gol en el mundial. Por eso todo el equipo lo fue a abrazar. Por eso Diego se emocionó y también lo abrazó. Y todo el pueblo argentino, sea de Boca, de River, del Sacachispas, también quería abrazarlo. Porque el delantero más importante del fútbol platense logró su sueño.
El "loco" quiere más. Ha dicho que es el gol más importante de su vida, pero que espera coronarse campeón el 11 de julio. Con este gol, Martín, te podrás retirar tranquilo, porque ese gol vale más que todos los que hiciste y harás. Pero si logras ese otro sueño, el de ser campeón del mundo, ya te podrás morir tranquilo.
Foto: http://www.larepublica.pe
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