Tras ocho años de ausencia, Holanda retornaba a una Copa del Mundo. Aún así, asoma como favorita para llegar a la final. Como su clásico rival Alemania, la "naranja mecánica" ha realizado un recambio generacional interesante" que le ha dado nuevas figuras, con las cuales puede garantizar que será animadora del máximo certamen futbolístico.
Su reaparición fue ante Dinamarca. Como era de esperarse, durante todo el primer tiempo Holanda atacó y generó situaciones de gol, pero su rival, dirigida por un histórico como Morten Olsen, le hacía una gran resistencia. Formó un esquema defensivo muy sólido y la escuadra naranja parecía no tener con qué romper la zaga danesa. El fin de la primera parte dejó satisfechos a los daneses.
Pero al comenzar el segundo tiempo el equipo dirigido por Bert Van Marwijk se encontró con una jugada inesperada (desgraciada para los escandinavos). Un centro de Van Persie que no parecía traer mayor peligro iba hacia la cabeza de Poulsen (de gran actuación en el primer tiempo), pero desgraciadamente su desvío fue a parar en la espalda de Agger, introduciéndose el balón en el arco danés.
Esta incidencia obligó a Olsen a cambiar su libreto, que le fue muy eficiente en el primer tiempo. Y tuvo que dejar su esquema conservador. No obstante, Holanda mantuvo el dominio del partido hasta el final. El segundo gol llegó faltando cinco minutos para el término del encuentro.
Con suerte o sin ella, Holanda puede respirar tranquila. De lejos ha demostrado ser el cuadro más fuerte de su grupo. Aún sin la presencia de su estrella Arjen Robben, quien espera recuperarse para disputar los siguientes partidos, tiene condiciones para llegar a instancias finales. Pero deberá ajustar algunos aspectos en su producción futbolística.
Por el lado de Dinamarca, el cuadro rojiblanco debe asumir esta derrota y demostrar que es superior a Japón y Camerún en su próximos partidos, para posicionarse en la siguiente fase de la Copa del Mundo.
Foto: Diario La Razón de Argentina.
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